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Un campeón nacional de kitesurf, fanático del viento de las playas del norte de Pinamar
Empezó a los 16 años y a escondidas de su mamá, quien temía que se lastimara. Ya al mes, consiguió su primer sponsor y luego vino el crecimiento vertiginoso que lo llevó a alcanzar dos títulos nacionales en esta disciplina que combina el uso de una tabla como las de surf con un barrilete igual a los del parapente.
Amante de la adrenalina que producen las grandes olas y el fuerte viento en su combinación perfecta. Así se podría definir a quien comenzó a los 16 años en el kitesurf como un aficionado más y luego de mucho entrenamiento y fuertes golpes, hoy lleva colgados en su espalda nada menos que dos títulos nacionales en la disciplina.
Esta es la historia de Juan Manuel Adan Tolomei (23), que comenzó a practicar en el punto más importante de este deporte extremo del país, el bajo San Isidro. Allí, cuna de campeones, cada vez son más los fanáticos que se suman a lugares ya posicionados en la movida kitesurf como Green Parrot Beach en Club 7, entre otros. Sin embargo este sanisidrense cada tanto se escapa para la Costa Atlántica, donde tiene su lugar predilecto para salir a navegar: la frontera norte de Pinamar.
“Las condiciones son muy buenas, grandes olas y el viento noreste hacen que se pueda elevar bien el kite (barrilete). Probé en Mar del Plata, Cariló y Villa Gesell, pero me quedo con Pinamar”, cuenta agitado recién salido del mar y agrega:“este deporte me llevó a competir por todo el país porque no sólo se navega en mar sino también en lagos, lagunas”.
Lo cierto es que Juanma -así le dicen- se inició en el kitesurf a escondidas de su madre porque ella tenía miedo de que se lastimara. Al mes consiguió su primer sponsor y desde ese momento todo fue en ascenso, siempre destacándose en el freestyle. “Mi meta era ser campeón y por eso arranqué a entrenar cuatro años intensos hasta que me consagré a nivel nacional de la Asociación Argentina de KiteSurf (AAK) en la temporada 2009- 10 y 2010-11”, recuerda.
Su actualidad y futuro sigue ligado al deporte. Si bien continúa compitiendo sponsoreado por Hardwind y preparándose para otras competencias, Juanma se hace tiempo para practicar varios deportes durante las jornadas que no hay viento para el kite. “Es una disciplina que se presta para una vez cada quince días porque las condiciones tienen que ser ideales. Mientras tanto también hago wakeboard, corro en motos y hasta hice snowkite, que es igual que lo que practico en agua pero con una tabla de snowboard y en la nieve”, explica.
Ya sea en el agua o en la nieve, este maestro del kite se lleva todos los aplausos, y mientras que la gente se acerca en Pinamar para ver ese “raro cometa”, él entra en calor, coloca el arnés, sujeta la barra de dirección firmemente y con el primer viento desde la orilla, sale volando hacia lo que será una nueva aventura llena de adrenalina.