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Natalia Franzoni, la dueña de una sonrisa que no para

Modelo, conductora, instagrammer, mamá. Activa a más no poder, encontró su centro en el yoga y hoy lo practica junto a marplatenses y turistas, además de seguir viajando por el mundo.

MAJO GARUFI / Especial para Todo Verano

Arriba. Bien arriba. Natalia Franzoni no puede ocultar su sonrisa ni recién levantada, ni agotada por tanto trabajar. No la puede ocultar por nada del mundo. Y hace bien. A sus 32 años, esta conductora, modelo e instagrammer no para de brillar y de crecer. Feliz con su trabajo y acompañada por su hijo y su marido, disfruta de Mar del Plata desde el 4 de enero, donde brinda clases gratuitas de yoga en la playa pública de Constitución y el Mar (auspiciada por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires), y los fines de semana conduce cuando evento haya o se pueda crear en un parador de Playa Grande, auspiciada por un banco privado.

“Estoy re feliz. No lo programé y se fue dando. Estoy haciendo todo lo que me gusta”, cuenta sentada en un sillón del tradicional Hotel Provincial, su hogar por este verano. Aunque ha visitado Mardel junto a Arena Extreme, el programa que realizaba por América, nunca pasó todo un verano trabajando en este sector de la costa. “Esta es mi propia obra de teatro, una bien de disfrute. Ser feliz es gratis”, dice sonriendo, quien para contrarrestar tanta energía, un buen día decidió inmiscuirse en el yoga y hoy, es difusora de sus virtudes y profesora: “Cuando hago yoga es increíble porque toda esa energía que tengo tan arriba, se canaliza ahí y es muy emocionante. Estoy descubriéndome como profesora, me recibí hace poco pese a que hace diez años que lo práctico. Pero me sigo formando, porque lo siento, me apasiona brindarlo”.

En sus clases sobre la arena, dice que ya tiene varios adeptos que la siguen jornada a jornada, inclusive, algunas señoras se le acercaron emocionadas, llorando.

“El yoga llegó a mí cuando quería buscar un poco de calma, que todo esto que tengo en el aire pudiera bajar. Es una herramienta para quedarme tranquila y relajar, porque soy muy activa con todo”, se sincera, quien ingresó a esta disciplina hace una década: “Doy mucha energía y me pregunté ¿cuándo me la devuelvo a mí? Fui a una clase y me volví loca. Todos me decían que era imposible que yo hiciera yoga. Aparte me gusta compartir y empecé a convocar a familiares, amigos… le llené el estudio a mi profesor y ahí dije ‘esto lo tengo que hacer yo’”.

“Todos tenemos algo para dar al mundo y cada vez que doy una clase siento que es acá mi lugar”, confía, quien hoy viaja por el mundo de la mano de varias marcas, promocionándolas, sin dejar de practicar yoga.

“Lo que más priorizo es el hecho de concentrarse en la respiración y estar en el momento presente. Uno siempre vive en el pasado o el futuro, nunca estamos acá. En la clase hago hincapié en que no se preocupen en lo mecánico de los movimientos sino en focalizar en el momento presente y en la respiración. Ahí es cuando la gente se sensibiliza”.

El futuro es hoy
Si bien hoy no está con ningún programa de televisión entre sus labores, sigue muy activa como siempre con las redes sociales, viajando por todo el mundo (ya conocería unos 30 países, según calcula) junto a diferentes marcas y con su micro en el sitio de Ciudad Magazine “Cambia tu Día”, en su cuarta temporada.

“Siempre hice lo que se me cantó. Y de hecho arranqué con mi programa por propia producción y no paré de trabajar en la tele, en América, en NET por Fox. Nunca me quedé quieta y ahí armé “Cambia tu Día”, que empezó como algo saludable por el yoga y se convirtió luego en un magazine entrevistando a los famosos en las casas. Desde ahí no paré”, enumera.

¿Objetivos 2018? “Me pongo objetivos todos los días. Espero viajar mucho y seguir creciendo con mis proyectos”.